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1TWEET: "Hoy nuestro blog Écija Historia cumple cuatro años" (04/03/16)

viernes, 27 de noviembre de 2015

Las Guerrillas en Écija

Ante el avance francés en el contexto de la Guerra de la Independencia y disperso el ejército patriótico tras la efímera victoria en la Batalla de Bailén, la resistencia de los españoles a la  Grand Armée napoleónica tomó la forma de una guerra de guerrillas, evitando el enfrentamiento directo y formando pequeñas partidas de patriotas, algunos de ellos procedentes de la descomposición del ejército nacional y otros civiles, que atacaban por sorpresas a las tropas galas y apoyaban a la resistencia interceptando correos, requisando armas o suministrando información. Buenos conocedores de las áreas rurales, redujeron la autoridad francesa a los núcleos urbanos.

Los Desastres de la Guerra - Francisco de Goya
En el caso de Écija, a las pocas semanas de la ocupación francesa de la ciudad, que tuvo lugar el 25 de enero de 1810, se denunciaron las primeras acciones de partidas guerrilleras que las autoridades galas calificaban como malhechores. En los meses siguientes el aumento de la acción guerrillera fue evidente e hizo que el problema para los franceses en el área de Écija se hiciera evidente. En torno a la ciudad, la actividad guerrillera se concentraba en torno a los ríos Genil y Guadalquivir puesto que aprovechaban su conocimiento del terreno y de las zonas vadeables para atacar o huir en caso necesario. Las complicaciones de las autoridades invasoras para controlar el poblema aconsejaron incluso ofrecer indultos a aquellos guerrilleros que abandonaran la clandestinidad. Todas las partidas continuaron su lucha.

Su propio carácter ilegal convierte el intento de conocer todas las partidas rebeldes de la comarca ecijana en una tarea bastante ardua. De las diferentes partidas que existían, la más importantes es la partida de los Guerra cuya actuación estaba limitada al triángulo Écija, Estepa y Osuna, cuya topografía conocían y tenían muy estudiada. Era un grupo reducido que apenas llegaba a la veintena de hombres, muchos unidos además por lazos de sangre. De hecho, coindieron en ella varios nombres. Es más, el nombre de la partida procede de tres de sus miembros apellidados Guerra Quirós, obviando el del comandante de la guerrilla: Miguel Hidalgo. Todos sus miembros eran naturales de El Rubio, Osuna, Estepa o Miragenil.

Guerrillero según grabado español
Otro grupo de rebeldes importante fue la partida de Bartolo que destacó por su vesatilidad pues se atrevían a enfrentarse con los franceses en la campiña, en el valle o en la sierra, siendo habitual que se dejaran ver por los "gabachos" para hacerles caer en la emboscada en una zona que se extendía desde Écija hasta Marchena o Los Corrales. Como la anterior, comenzó con unos veinte hombres en 1811 pero, en su caso, antes de finalizar el año ya habían doblado el número de guerrilleros. La partida de Bartolo fue una de las más buscadas e incluso se llegó a anunciar falsamente la captura de su cabecilla.  Peor suerte tuvo la partida de Siguindon, comandada por Juan Páez, aniquilada por las tropas francesas, o la de Salvador de Sierra que sufrió una importante merma después de una refriega contra los franceses. 





BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
DÍAZ TORREJÓN, Francisco Luis. “Écija napoleónica (1810-1812)”, Actas del V Congreso “Écija en la Edad Contemporánea”. Écija: Ayto de Écija, 2000.  
HIDALGO, Javier. Conferencia-coloquio "La partida de los Guerra". 17 de noviembre de 2007. 
PAREDES ALONSO, Javier, Historia de España Contemporánea. Siglo XIX. Barcelona: Ed.Ariel, 2004. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Los cargos administrativos de la cora de Écija

En pleno auge del dominio musulmán en la Península, el territorio del califato de Córdoba se dividía en unas unidades administrativas denominadas "coras". Estas divisiones provinciales tenían una capital y un territorio que se dividía a su vez en distritos o "iqlim" aunque la mayoría de la población se concentraba en la ciudad principal y el resto en alquerías, la entidad básica de poblamiento a modo de pequeñas comunidades rurales. Durante el siglo X una pequeña cora pero muy poblada era la de Istiyya con capital en Astiya (Écija) y a la que también pertenecían también Usuhuna (Osuna) o Istabba (Estepa). Las coras coexistían  con otras demarcaciones superiores, en concreto seis grandes circunscripciones (nabiya) cada una con sus propias coras que básicamente coincidían con las antiguas diócesis y condados visigodos.

Mapa con los límites de la cora ecijana

La cora ecijana estaba dividida en cinco distritos basándonos en los escritos del geógrafo oriental Yaqut, correspondiéndose a los territorios de Estepa, Osuna, Marchena, Talyata, que bien podría identificarse con el cortijo de Tejadilla en la confluencia del río Cabra y el Genil, y Ulya, que se correspondería con el distrito limítrofe con la cora de Córdoba. La cora musulmana estaba organizada con un modelo centralizado en el que el eje vertebrador era la capital, núcleo demográfico, social, económico y, por supuesto, de comunicaciones. De hecho, por Écija atravesaba un importante tramo de la antigua Vía Augusta, de la ruta entre Córdoba y Sevilla, que los autoridades musulmanes se preocuparon por mantener bajo su control por su valor geoestratégico. Además, de la ciudad partían caminos locales hacia las cercanas localidades de Osuna, Estepa y Marchena, y una última ruta que la unía con Morón pero que continuaba hasta enlazar la cora de Sidonia o Gibraltar con Málaga.

Fragmento del Corán, libro sagrado de los musulmanes
El principal funcionario de la cora era el gobernador. Disponemos gracias al burócrata e historiador  Ibn Hayyán, un completo listado de gobernadores de la cora de Écija en el que incluso aparece un tío materno de Al Nasir, sexto califa de Córdoba. El qadi ejercía las funciones de juez además de ser el encargado de la interpretación de la legislación religiosa y civil, y administrador de un amplio conjunto de propiedades comunales. Por ello en la extensa relación de qadis de Écija hay personas de gran talla intelectual y preparción pero también oportunistas que aspiraban al cargo por el benficio personal que suponía. Por ejemplo, un muchacho de dieciséis años llegó a ser nombrado cadi de la ciudad. Estos eran asistidos además por ulemas, asesores que aconsejaban al juez en sus decisiones de modo permanente. Se nombraba también a un director de oraciones. Sin embargo, en el caso de la cora de Écija se hablaba de encargado del que no se especificaba cargo o título por lo que se especla sobre si tenía o no el cargo de director de oraciones. Este funcionario también administraba fundaciones pías o legados a la mezquita para obras piadosas o interés comunitario.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
VALENCIA RODRÍGUEZ, Rafael: “Los territorios de la Cora de Écija en época árabe”. Actas del I Congreso de Historia de Écija. Écija : Ayuntamiento, 1988

viernes, 13 de noviembre de 2015

Historia con...Juan Méndez Varo

Juan Méndez Varo está enamorado de Écija, de la ciudad que lo vió nacer hace ya unas décadas. De hecho, es tal su cariño por la ciudad que cualquier persona que se haya interesado mínimamente por Écija habrá encontrado su nombre en numerosas publicaciones, artículos, proyectos, campañas,...que han tenido como objetivo dar a conocer el pasado de la ciudad. El último de sus trabajos es el "Repertorio Bibliográfico de Écija" presentado en el undécimo encuentro de investigadores locales. Además, Juan Méndez Varo es un defensor a ultranza del patrimonio de la ciudad, principalmente a  través de la asociación Amigos de Écija de la que es socio fundador.

1. Conocer la Historia, ¿para qué?
La necesidad de estudiar nuestra Historia radica especialemente en el hecho que nos permite conocer nuestro presente y para no caer en errores en el futuro. Para conocer nuestra realidad actual necesariamente debemos irnos al pasado y tratar de entender que nos han llevado a estar como lo estamos ahora, en todo orden de cosas, ya sea desde los ámbitos económico, político, social o cultural.

2. De pequeño la Historia siempre me pareció...
Apasionante y especialmente la de nuestra ciudad. Tuve la suerte desde pequeño de poder contactar con el archivo del distrito notarial de Écija: abrir las páginas de los protocolos de diferentes siglos, leer los hechos y personas que habían intervenido y que dejaron sus huellas por escrito. Me llamaba poderosamente la atención los testamentos donde se redactaba la última voluntad de las personas o aquellas escrituras donde se daba la libertad a esclavos que estaban sujetos a una determinada familia noble de la localidad.
Torre de Santa Cruz | Foto: Ciberecija.com



3. Le gustaría pasar a la Historia como...
Como un ciudadano que una parte de su vida la dedicó a la defensa de su patrimonio histórico-artístico. Aunque no trabajo por pasar a la historia si no como un derecho que tenemos todos los ecijanos.
4. Se sintió partícipe de la Historia cuando...
Cuando un grupo de amigos organizamos la Asociación de Amigos de Écija. Esa andadura se inició el 7 de abril de 1970 y aún continúa con la misma ilusión y apuesta por la recuperación y defensa del rico patrimonio artístico de Écija

5. ¿Un personaje histórico?
Joaquín F. Pachecho. Jurista ecijano, uno de los padres del Código Penal.

6. ¿Un hecho histórico?
Negativo: la pérdida de la línea férrea y que el AVE no tenga en Écija un apeadero. Y la más dolorosa: que nos quitaran el hospital y se lo llevaran a otra ciudad.
Positivo: la traída del agua potable de Écija, poniendo fin a un grave problema histórico, y la declaración de la ciudad como Conjunto Histórico-Artístico de primer orden.

7. ¿Una palabra (o frase) típicamente ecijana?
Esta "barrera" es propiedad de esta casa.
8. ¿La mejor obra del patrimonio ecijano?
Difícil designación, indudablemente el convento de los Descalzos y el sagrario del convento de Santo Domingo.
9. ¿Un rincón inolvidable de Écija?
 El rincón que forma la calle de Santa Catalina con la torre de Santa Cruz al fondo.

Convento de los Descalzos | Foto: josemariagallardo.com
10. Le gustaría que el siguiente logro en la Historia de la Humanidad fuera...
Acabar con la pobreza y poner más medios en investigación para luchar contra el cáncer.
11. ¿Un deseo para el futuro de la ciudad?
El compromiso de la ciudadanía con los temas que son de interés común y que en el más breve tiempo posible veamos abierto el Palacio de Peñaflor, el convento de las Teresas y que podamos estar enlazados vía férrea con otras ciudades.
EXTRA. ¿A qué ecijano o ecijana le gustaría que invitáramos a la entrevista Écija Historia?
Al cronista de la ciudad, José Enrique Caldero Bermudo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Plaza Mayor de Dauzats.


A principios del siglo XIX España estaba de moda. Los soldados franceses (también los ingleses) que habían luchado en la Guerrra de Independencia española habían vuelto a casa y narraban sus historias en las ciudades españolas. A partir de 1830 centenares de viajeros recorrieron la Península para conocer España de primera mano ungidos por el espíritu del Romanticismo. Uno de ellos fue Adrien Dauzats,  hijo de un tramoyista del Gran Teatro de Burdeos, que junto a otro pintor, Pharamond Blanchard, visitó la Península auxiliando al barón Taylor, a quien el monarca Luis Felipe de Orleans le había encargado formar una colección de pinturas españolas para el Museo del Louvre. Dauzats llegó a Paris en 1823 con diecinueve años y en el taller del pintor Julien-Michel Gué se formó como pintor paisajista, lo que le convirtió en uno de los grandes testimonios de la afluencia de artistas extranjeros durante el siglo XIX.

Pósito, Pescaderías y Covento de San Francisco
Un primer viaje se realizaría en 1833, recorriendo el trayecto desde Barcelona hasta Madrid, pasando por Lérida, Zaragoza o Guadalajara. En 1835, vuelven a España, desembarcando en Cádiz y llegando hasta Madrid. Es en esa ocasión cuando Dauzats visita Écija, al menos tres ocasiones teniendo tiempo de tomar apuntes de sus monumentos y su paisaje. Su estancia queda reflejada en sus cartas donde relata el asalto que sufrió en La Carlota, a sólo tres leguas de Écija, y en el dibujo a lápiz de la Plaza Mayor con la leyenda "Grand Place / Plaza Mayor a Ecija, Mai 1836" (Plaza Mayor en Écija, mayo 1836). Esta obra como otros muchos dibujos que realizó durante su estancia española tuvieron gran éxito y resultado de ello es la gran dispersión de las obras de Dauzats pues muchas fueron subastadas con gran éxito en el mercado del arte. Si nos fijamos, en el margen derecho aparece el sello "Vente Dauzats".

El dibujo de la Plaza Mayor de Écija de Dauzats fue adquirido hace unos años por el Museo de Bellas Artes de Sevilla como testimonio de la presencia de pintores románticos en nuestro país. Se trata de la representación más antigua de la Plaza Mayor, anterior a la elevación de su suelo que le otorgó el nombre de "El Salón". Sin duda, el dibujo de Dauzats es un testimonio singular del pasado de la ciudad. En el frente norte (a la izquierda del dibujo) aparecen dos edificios desaparecidos, los del antiguo Pósito y de las Pescaderías con soportales en la planta baja. A continuación el conjunto de edificios del Convento de San Francisco, con la capilla de la Vera-Cruz en primer término y el mirador con cubiertas derribado en el siglo XX y recuperado tras la última restauración de San Francisco. En el frente oriental, el que se conocía como del Cabildo Viejo, un conjunto heterogéneo de edificios con miradores de una, dos o tres plantas entre las calles Platerías y Valderrama. . El conjunto de edificios de la zona sur desaparecerían por la apertura de la Avenida Miguel de Cervantes a partir de 1881.

Torre mudéjar de Santa Bárbara
Junto al Convento de San Francisco, Dauzats resaltan otras obras arquitectónicas de la ciudad. En el centro del paisaje urbano aparece la torre de San Juan con un campanario barroco de proporciones algo ampliadas en el deseo romántico de embellecer la realidad. Sobre las manzanas de casas de la derecha, la torre mudéjar de Santa Bárbara destruida por un rayo en 1892. También se permitió algunas libertades e incluyó algunos detalles decorativos y pequeños grupos de personas que le dieran dinamismo y aliento vital a la plaza. En el centro de la plaza se observa la famosa fuente de las Ninfas desmontada por el Ayuntamiento en 1866.



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
CARRASCO, I. y MARTÍN PRADAS, A., La imagen de Écija: Análisis literario e iconográfico de la ciudad en Actas de las V Jornadas del Patrimonio Histórico de Écija. Écija: Asociación Amigos de Écija, 2007.
MUÑOZ, Mª del Valme y GARCÍA LEÓN, Gerardo, La Plaza Mayor de Écija en 1836: la visión romántica del pintor Adrién Dauzats en MUS-A. Revista de los Museos de Andalucía. Nº 6. Sevilla: Consejería de Cultura. Junta de Andalucía, 2006. 
Museo Nacional del Prado (www.museodelprado.es)
Museo Bellas Artes de Sevilla (www.museosdendalucia.es)