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miércoles, 28 de enero de 2015

Historia con...Agustín Martín de Soto.

En la primera edición de Historia con...en el 2015 contamos con una de las personalidades de la ciudad en el siglo XXI. Agustín Martín de Soto, a través de sus obras, ha estado presente en las grandes celebraciones de la ciudad: Semana Santa, aniversarios, Feria de San Mateo,...y, más recientemente, el IV Centenario del Voto Concepcionista. Además, a título personal, contribuye a las hermandades locales siendo hermano de la Hermandad del Cautivo, la Hermandad de la Mortaja y miembro fundador de la Agrupación Parroquial de Ntro.Padre jesús del Amor. Desde Écija Historia agradecer su colaboración y predisposición.



1. Conocer la Historia, ¿para qué?
Es fundamental, para entender la realidad actual y tener medios para seguir aportando en el futuro. Todo lo que conocemos tiene un porqué y es importante adentrarse en su Historia.

2. De pequeño/a, la Historia siempre le pareció...
Un conjunto de cuentos apasionantes con personajes llenos de anécdotas que se entrelazaban unas con otras. Me imaginaba siempre viviendo en algunas de ellas.

3. Le gustaría pasar a la Historia como...
Como una buena persona, que aportó lo que pudo y supo, poniendo al servicio de los demás sus capacidades y valores. La repercusión te lo dan los hombres que habitan tu historia.

4. Se sintió partícipe de la Historia cuando...
Se bendijo la imagen de Nuestro Padre Jesús del Amor de Écija un 18 de noviembre de 2011 y profesionalmente cuando se terminó la intervención del templo parroquial de Santa María la Blanca de Fuentes de Andalucía en 2014.

 5. ¿Un personaje histórico?
Jesucristo.

6. ¿Un hecho histórico?
El día en el que se ponga en valor el Palacio de Peñaflor y podamos verlo en uso con un buen estado de conservación.

7. ¿Una palabra (o frase) típicamente ecijana?
Reboto...Me encanta.

8. ¿La mejor obra (monumento, escultura, pintura,...) del patrimonio ecijano?
Es muy amplio y de excelente calidad en su conjunto, pero me decanto por la capilla de la Virgen del Rosario de Santo Domingo y el retablo mayor de la Parroquia de Santiago.
9. ¿Un rincón inolvidable de Écija?
Para mí, la barrera de San Juan.

10. Le gustaría que el siguiente logro en la Historia de la Humanidad fuera...
La paz y el respeto entre las personas, y por supuesto el avance en la cura de enfermedades tan crueles como el cáncer.
11. ¿Un deseo para el futuro de la ciudad?
Que las instituciones pongan en valor el potencial de nuestro patrimonio y sepan sacarle todo el partido turístico y cultural. Que se difunda y se conciencie a la ciudadanía de la importancia del mismo, para que sea una preocupación de todos y con su uso pueda ser sostenible su mantenimiento y conservación. El patrimonio es de todos y es una manera de contar nuestra historia y hacernos partícipes de ella. Si sabemos aprovechar el gran legado que nos dejaron nuestros mayores...nuestra ciudad ganará.

viernes, 23 de enero de 2015

Juan Bautista Morales y la disputa de los ritos.

Con este rimbombante nombre de "la disputa de los ritos" se conoce a la controversia surgida entre distintas órdenes misioneras durante el siglo XVII. Recordemos que tras el descubrimiento de América por Colón (1492) y en paralelo a la posterior colonización del Nuevo Mundo (es decir, la explotación sistemática y abusiva de sus riquezas), la Iglesia se lanzó a la tarea de evangelizar a los nativos de los nuevos territorios siguiendo las también rutas que se íban abriendo: Nueva España (México), Perú, Filipinas, China,...
Convento de San Pablo y Santo Domingo

La polémica se inició cuando franciscanos y dominicos especialmente, denunciaron ante el Papa los métodos utilizados por los jesuitas para evangelizar en el Extremo Oriente. Parece ser que la Compañía de Jesús estaba interesada en una cristianización rápida más que real donde los intereses económicos se entrelazaban con los espirituales. Digamos aquí que la orden jesuita se había convertido ya en América en una de los grandes latifundistas y eran  famosas la riqueza y productividad de sus haciendas americanas. Se afirmaba que la tolerancia de los jesuitas con respecto a las costumbres ancestrales de la región o con el confucionismo era mayor de lo deseable, dando lugar a una condescendencia que provocaba creencias heréticas desde su nacimiento. Aunque dudamos que estas discusiones le importaran a los nativos que estaban siendo evangelizados - ni siquiera se enterarían - lo cierto es que tuvo que ser de gran importancia. No en vano, la controversia se extendió durante el pontificado, oficialmente al menos, de ocho Papas distintos.

El lector avezado se preguntará cuando aparece en esta historia nuestro paisano Morales. Comencemos por el principio. Juan Bautista Morales nació en Écija el año 1597 y siendo apenas un adolescente entró a formar parte de los dominicos. Siguiendo las directrices de su congregación cruzó el mar oceáno y se dedicó a la evangelización primero en México, más tarde en Filipinas y, finalmente, en China adonde llegó en 1633 para asentarse en la provincia de Fujian con otros dominicos. Juan Bautista como misionero aprendió el tagalo (lengua mayoritaria en Filipinas), el chino mandarín y otros dialectos asiáticos. De hecho fue autor de un Diccionario Español-Chino y de una Gramática Española-China, además de obras de otro carácter como la Historia Evangélica del Reyno de China junto a los Padres J. García y F. Varo o Informaciones jurídicas sobre los ritos chinos (1645-1646).

Habiendo estallado la polémica sobre la evangelización jesuita, los dominicos enviaron en 1643 a Morales desde China a Roma para convencer al Papa Inocencio X sobre la necesidad de tomar medidas contra la Compañía de Jesús. Juan Bautista Morales se entrevistó con el Sumo Pontífice en 1645 que condenó los métodos seguidos por los jesuitas. A pesar de ello (ya dijimos que era una historia de decretos y "contradecretos") la polémica continuó y Morales tuvo que convencer otra vez más a Roma después de que bajo el pontificado de Alejandro VII se volviera el favor hacia los jesuitas. El Papa Clemente IX, ya fallecido Morales, devolvería la razón a los dominicos aunque la controversia continuaría hasta comienzos del siglo XX.

jueves, 15 de enero de 2015

Ocio y diversión en la Écija del XIX

En el siglo XIX un pueblo como Écija, que contaba por aquel entonces con 27.000 habitantes, intentaba emular a las grandes capitales (en nuestro caso, Sevilla) a la hora de ocupar el tiempo libre y de ocio del que gozaban la burguesía y las élites de poder. Como ocurría en las grandes urbes, la moda francesa era apreciada y desde Madrid o Barcelona hasta Écija se extendía su influencia en teatros, música, casinos,...

Tuvieron bastante importancia, aunque pasaran sus malos momentos, las representaciones teatrales que solían reunir en un mismo espectáculo números musicales y teatrales. Por ejemplo, la compañía jiennense del empresario Ribelles representaba en febrero de 1852 un espectáculo que contaba con una sinfonía orquestal, una zarzuela y una comedia en dos actos y un intermedio de baile. Existían diferentes asociaciones locales que participaban en estas representaciones como la Sociedad Filarmónica Ecijana que, además de formar a los jóvenes de la alta sociedad, también colaboraba con las compañías que visitaban la ciudad y organizaba eventos donde se interpretaban, por norma general, pequeñas obras que no requerían mucha preparación por parte de los aficionados locales. 
 
El antepalco (Ignacio Díaz Olano)
Además, en los periódicos de la ciudad siempre existía secciones reservadas a las producciones literarias locales. Los aficionados podían ver impresas sus obras (especialmente poesias) y participaban en distintos certámenes literarios que se organizaban, por ejemplo, para celebrar acontecimientos como un nacimiento real. En  ocasiones las obras de autores locales, habitualmente ocultando su identidad, se publicaban por entregas.

Las clases altas se reunían en los salones que disponían las asociaciones culturales y de ocio. La Sociedad Filarmónica antes mencionada tenía de dos de éstos salones profusamente decorados. En ellos tenían lugar tertulias artísticas, literarias y bailes y otras fiestas para la diversión. Los menos acomodados se conformaban con los cafés o las pequeñas tabernas. También los domingos y festivos era habitual el paseo, siendo especialmente concurrido el Paseo de la Alameda.
Lección de guitarra (Romero Barros)

Entre las diversiones del pueblo ecijano, estaba ya la afición por las loterías nacionales. Tuvo bastante éxito el periódico La Prosperidad que nacido en 1851 se definía como "de comercio, artes y anuncios y empresa para jugar a las loterías". Es decir, sus suscriptores no sólo lo eran al periódico sino también a las apuestas en la lotería, llegando a tener 184 abonados. También el tabaco era consumido por los ecijanos aunque, como siempre las diferencias sociales, era las que marcaban la posibilidad de adquirir o no los tabacos habanos procedentes de las colonias.







BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
DOMÍNGUEZ LEÓN, J, "Vida cultural y ocio en Écija a mediados del siglo XIX" en Actas del I Congreso sobre Historia de Écija. Écija: Ayto. de Écija, 1989.