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1TWEET: "Hoy nuestro blog Écija Historia cumple cuatro años" (04/03/16)

martes, 22 de diciembre de 2015

Lo mejor de 2015

Como todos los meses de diciembre, cerramos el año haciendo un resumen de nuestras entradas más leídas para elegir el mejor artículo de 2015.

1. El "Coliseo" de Astigi.
A pesar de que hoy en día ha desaparecido en su mayoría, bajo la plaza de toros de la ciudad se conservan restos del antiguo anfiteatro astigitano. El edificio se levantaba extramuros, cerca del trayecto de la Vía Augusta y tendría como modelo el anfiteatro de Itálica.

2. La casa de Díaz Custodio.
 Un pequeño artículo sobre este bien inmueble de Écija que fue noticia hace unos años por haberse puesto en venta por un valor de un millón de euros. Situada en la Calzada, frente al lienzo de muralla, perteneció a un ecijano ilustre: Juan Díaz Custodio.

3. El castillo de San Gil
El yacimiento Plaza de Armas ha sido noticia por los excepcionales hallazgos de época romana pero en este artículo nos centramos en la fortaleza medieval que existió en el alto de San Gil hasta su deterioro y desaparición definitiva en el siglo XX.

4. Cuando Franco estuvo en la Victoria
Aunque el título podía inducir a error, en esta entrada nos centrábamos en el callejero ecijano tras la Guerra Civil y la institucionalización del régimen franquista. Un curioso repaso a los nombres de las calles y a su uso como reclamo propagandístico.

5. Las murallas de Astigi
Pocos son los datos que se conocen sobre las murallas romanas de la ciudad. La mayor parte de la información se sabe gracias a fuentes documentales posteriores aunque la hipótesis más aceptada plantea su destrucción dejando una gran zanja como testimonio.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Nuestra Señora del Valle de Écija, ciudad colonial

Límites del virreinato del Perú en la actualidad
La llegada de los castellanos a América inició un proceso de descubrimiento, conquista y explotación de todo el continente. A mediados del siglo XVI eran posesiones castellanas las Antillas, México, Centroamérica y gran parte de América del Sur. Muchos indios habían sido pacificados (y evangelizados) incluidos en las encomiendas (señoríos entregados a los conquistadores comprendiendo tierras, recursos y población india). La administración castellana se había organizando a partir de los virreinatos, la mayores unidades administrativas, el de Nueva España al norte y el virreinato de Perú en Sudamérica, que a su vez se dividían en provincias. Una de las provincias del virreinato de Perú era la provincia de Popayán, acutalmente en territorios de Colombia y Ecuador. Esta provincia dependía de la Real Audiencia y la Cancillería de Quito, y con la división del siglo XVIII quedaría en el virreinato de Nueva Granada.

Para mediados del siglo XVI, inmersos en el doble proceso de consolidación de lo conquistado y de expasión hacia nuevos territorios, la fundación de la ciudad de Nuestra Señora del Valle de Écija constituye un buen ejemplo del proceso seguido por los españoles para la fundación de nuevas ciudades en el Nuevo Mundo. La zona de la que hablamos está compuesta por una sucesión de valles y montes entre las provincias de Mocoa, Putumayo y San Miguel. Hoy en día constituye una de las principales reservas naturales del mundo pero sin posibilidades de llevar a cabo una actividad agrícola de gran productividad por la excesiva humedad y la fragilidad de sus suelos. No obstante, para el nivel de explotación de la época precolonial y colonial, los indios (principalmente los indios sucumbíos) obtenían un gran número de productos: maíz, legumbres, yuca, miel,...Incluso se hablaba de la riqueza aurífera de algunos de los ríos de la zona. 

Virgen del Valle alrededor siglo XX |   Foto: E.Montoya





No se conoce la razón por la que una nueva ciudad colonial se bautizó con el nombre de Nuestra Señora del Valle de Écija. Posiblemente alguno de los soldados de la expedición o tal vez el propio jefe de la expedición Juan Galíndez fuera natural de Écija. El capitan general Galíndez había recibido licencia del gobernador de la provincia de Popayán para lanzar una expedición que controlara a los nativos que acosaban a los indígenas pacíficados. Con el permiso oficial se podían reclutar soldados en toda la provincia. Además, Galíndez muy probablemente poseería una encomienda de la que se abasteció de un grupo de indígenas encargados de transportar los pertrechos, levantar campamentos o hacer de intérpretes con los otros indios, puesto que la idea de la expedición (al menos en teoría) era lograr la pacificación de los indios beligerantes a través de regales, dádivas y, sólo como último recurso, a través de la fuerza.

La fundación de la Écija americana formaba parte de un programa de conquistas de nuevos territorios para la gobernación de Popayán, para Castilla en definitiva. Nuestra Señora del Valle de Écija se fundó el 17 de abril de 1596 en una zona delimitada por el río Guamuez, afluente del río Putumayo, al norte, y el curso del río San Miguel al sur. La expedición había recorrido un trayecto lleno de aventuras, duros trabajos, sacrificios,...Los soldados habían padecido hambre, enfermedades, deserciones de compañeros e incluso tuvieron que recibir la ayuda de una segunda expedición capitaneada por Alonso de Ahumada

Plano de Santiago de Chile, siguiendo las ideas renacentista
Juan Galíndez siguió el protocolo habitual para la fundación del nuevo emplazamiento. En 1573 Felipe II había mandado recopilar en las "Ordenanzas de descubrimiento, nueva población y pacificación de las Indias" las normas a seguir para la fundación de las nuevas ciudades coloniales. En primer lugar, las tropas perfectamente uniformadas recorrieron el perímetro del campamento y el capitán general fundó la ciudad tras clavar su espada en el suelo. Se indicó el lugar donde a partir de entonces se impartiría justicia y se ordenó delimitar los confines de la ciudad. Como regulaban las mencionadas Ordenanzas, se trazó la Plaza Mayor de la que partirían las calles de modo rectilíneo y paralelo hasta los límites del poblado, con clara influencia de los ideales renacentista. Además se establecerían los emplazamientos de templo, cabildo, cárcel,...

Posteriormente se nombraban los cargos municipales y oficiales encargados de la administración local hasta principios del siguiente año. Se nombraron dos alcaldes ordinarios, también conocidos como justicias que presidían el ayuntamiento, cuatro regidores que aseguraban el abastecimiento y la administración de intereses económicos, y un alcalde de la Santa Hermandad, que hoy podríamos tomar como representante de las fuerzas de orden público junto con el alguacil mayor. También se nombró un procurador y mayordomo de la ciudad, un mayordomo de la Iglesia y un escribidor del cabildo.

Río Guamuez en Colombia
Con todo lo hecho, quedaba uno de los actos más importantes de cualquier fundación de ciudad, el repartimento de indios para la formación de encomiendas, el principal de los alicientes para muchos de los soldados que formaban parte de ésta y de cualquier expedición de conquista en América. Aunque esto es otra historia, el repartimiento de indios generó una serie de dificultades que lo fue demorando en el tiempo. El existencia de esta Écija americana fue efímera y no ha llegado hasta la actualidad como sí otras ciudades que formaron parte de las conquistas españolas en la zona como Pasto o Cali, pero sin duda constituye un claro ejemplo de la presencia ecijana en ultramar y de fórmulas establecidas del gobierno para la creación de nuevas ciudades.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
GOMEZ ALVAREZ, Antonio María., "Nuestra Señora del Valle de Écija: fundación y encomiendas" en Écija y el Nuevo Mundo. Actas del VI Congreso de Historia. Écija: Ayuntamiento de Écija y Diputación Provincial de Sevilla, 2002. 
NAVARRO GARCÍA, Luis (coord.). Historias de las Américas. Madrid - Sevilla: Ed.Alhambra-Longman-Quinto Centenario-Universidad de Sevilla, 1991.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Patronales ecijanas durante la II República

La derecha ecijana respondió a los planteamientos reformistas de la Segunda República española (1931-1936) con la reactivación de las entidades patronales existentes desde finales del siglo XIX y la aparición de otras nuevas que, aparte de organizar la vida lúdica y recreativa de la burguesía, vertebró la élite ecijana en respuesta a los cambios que se proponían desde el recién nacido régimen en contra de los intereses de los propietarios y de la Iglesia católica. Las reformas propuestas en todos los ámbitos (militar, educativo, agrario, religioso, administrativo,...) desde el gobierno dieron un nuevo impulso a estas entidades como veremos en este pequeño artículo.

Casino de Artesanos | Foto: IAPH
Ya en el siglo XIX se habían fundado dos asociaciones de este tipo: el Casino de Artesanos y el Casino Ecijano. El primero había nacido en 1862 y era más popular y numeroso. De hecho, en 1927 había alcanzado los 1.500 socios aproximadamente. El Casino Ecijano, que aún pervive, fue fundado en 1899 y tenía un carácter más exclusivo y aristocrático. Ambos eran presididos por destacados representantes de la oligarquía ecijana, también dirigientes de las formaciones políticas representativas de la derecha local, y que encauzaban a las élites ecijanas en sus actuaciones y protestas. En 1918 se sumaría a las anteriores la Cámara Oficial Agrícola, cuya sede provisional se establecería en los altos del Casino Ecijano, integrada desde su nacimiento en la Asociación General de Agricultores de España. Sus directivos igualmente formaban parte de partidos conservadores, Acción Popular y Comunión Tradicionalista principalmente.

Coincidiendo con la dictadura primorriverista (1923-1929) nacieron otras dos asociaciones patronales que se identificaban con la política de "cirujano de hierro" con la que se presentaba Miguel Primo de Rivera. En 1928 se fundó la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana y tres años antes había nacido la Unión Comercial, que en el periodo republicano en la que se integrarían muchos ex componentes de la Unión Patriótica, el partido de Primo de Rivera, disuelto en 1930. 

Casino Ecijano | Foto: Marilo Marb
Durante la Segunda República nació la Asociación Patronal Agraria formada sólo por 39 propietarios, en realidad los principales hacendados y terratenientes de Écija. Presidido por Plácido Ostos Angelina, ex alcalde de la ciudad, inmediatamente se integró en la Federación Provincial y en la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), la coalición política en la que se agruparon todos los partidos de derechas de España. Por estas fechas también se constituyeron otras instituciones como la Sociedad de Pequeños Agricultores o la Alianza de Labradores que, en realidad, se trataron más bien del intento de algunos partidos y dirigentes republicanos de apartar a los pequeños propietarios de la influencia de los terratenientes.





BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
ÁLVAREZ REY, L. y FERNÁNDEZ ALBÉNDIZ, M.C.: "Derechas, elecciones y violencia política en un pueblo andaluz: Écija, 1931-1937)". en Actas del V Congreso de Historia de Écija. Écija: Ayto.de Écija, 2000.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Las Guerrillas en Écija

Ante el avance francés en el contexto de la Guerra de la Independencia y disperso el ejército patriótico tras la efímera victoria en la Batalla de Bailén, la resistencia de los españoles a la  Grand Armée napoleónica tomó la forma de una guerra de guerrillas, evitando el enfrentamiento directo y formando pequeñas partidas de patriotas, algunos de ellos procedentes de la descomposición del ejército nacional y otros civiles, que atacaban por sorpresas a las tropas galas y apoyaban a la resistencia interceptando correos, requisando armas o suministrando información. Buenos conocedores de las áreas rurales, redujeron la autoridad francesa a los núcleos urbanos.

Los Desastres de la Guerra - Francisco de Goya
En el caso de Écija, a las pocas semanas de la ocupación francesa de la ciudad, que tuvo lugar el 25 de enero de 1810, se denunciaron las primeras acciones de partidas guerrilleras que las autoridades galas calificaban como malhechores. En los meses siguientes el aumento de la acción guerrillera fue evidente e hizo que el problema para los franceses en el área de Écija se hiciera evidente. En torno a la ciudad, la actividad guerrillera se concentraba en torno a los ríos Genil y Guadalquivir puesto que aprovechaban su conocimiento del terreno y de las zonas vadeables para atacar o huir en caso necesario. Las complicaciones de las autoridades invasoras para controlar el poblema aconsejaron incluso ofrecer indultos a aquellos guerrilleros que abandonaran la clandestinidad. Todas las partidas continuaron su lucha.

Su propio carácter ilegal convierte el intento de conocer todas las partidas rebeldes de la comarca ecijana en una tarea bastante ardua. De las diferentes partidas que existían, la más importantes es la partida de los Guerra cuya actuación estaba limitada al triángulo Écija, Estepa y Osuna, cuya topografía conocían y tenían muy estudiada. Era un grupo reducido que apenas llegaba a la veintena de hombres, muchos unidos además por lazos de sangre. De hecho, coindieron en ella varios nombres. Es más, el nombre de la partida procede de tres de sus miembros apellidados Guerra Quirós, obviando el del comandante de la guerrilla: Miguel Hidalgo. Todos sus miembros eran naturales de El Rubio, Osuna, Estepa o Miragenil.

Guerrillero según grabado español
Otro grupo de rebeldes importante fue la partida de Bartolo que destacó por su vesatilidad pues se atrevían a enfrentarse con los franceses en la campiña, en el valle o en la sierra, siendo habitual que se dejaran ver por los "gabachos" para hacerles caer en la emboscada en una zona que se extendía desde Écija hasta Marchena o Los Corrales. Como la anterior, comenzó con unos veinte hombres en 1811 pero, en su caso, antes de finalizar el año ya habían doblado el número de guerrilleros. La partida de Bartolo fue una de las más buscadas e incluso se llegó a anunciar falsamente la captura de su cabecilla.  Peor suerte tuvo la partida de Siguindon, comandada por Juan Páez, aniquilada por las tropas francesas, o la de Salvador de Sierra que sufrió una importante merma después de una refriega contra los franceses. 





BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
DÍAZ TORREJÓN, Francisco Luis. “Écija napoleónica (1810-1812)”, Actas del V Congreso “Écija en la Edad Contemporánea”. Écija: Ayto de Écija, 2000.  
HIDALGO, Javier. Conferencia-coloquio "La partida de los Guerra". 17 de noviembre de 2007. 
PAREDES ALONSO, Javier, Historia de España Contemporánea. Siglo XIX. Barcelona: Ed.Ariel, 2004. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

Los cargos administrativos de la cora de Écija

En pleno auge del dominio musulmán en la Península, el territorio del califato de Córdoba se dividía en unas unidades administrativas denominadas "coras". Estas divisiones provinciales tenían una capital y un territorio que se dividía a su vez en distritos o "iqlim" aunque la mayoría de la población se concentraba en la ciudad principal y el resto en alquerías, la entidad básica de poblamiento a modo de pequeñas comunidades rurales. Durante el siglo X una pequeña cora pero muy poblada era la de Istiyya con capital en Astiya (Écija) y a la que también pertenecían también Usuhuna (Osuna) o Istabba (Estepa). Las coras coexistían  con otras demarcaciones superiores, en concreto seis grandes circunscripciones (nabiya) cada una con sus propias coras que básicamente coincidían con las antiguas diócesis y condados visigodos.

Mapa con los límites de la cora ecijana

La cora ecijana estaba dividida en cinco distritos basándonos en los escritos del geógrafo oriental Yaqut, correspondiéndose a los territorios de Estepa, Osuna, Marchena, Talyata, que bien podría identificarse con el cortijo de Tejadilla en la confluencia del río Cabra y el Genil, y Ulya, que se correspondería con el distrito limítrofe con la cora de Córdoba. La cora musulmana estaba organizada con un modelo centralizado en el que el eje vertebrador era la capital, núcleo demográfico, social, económico y, por supuesto, de comunicaciones. De hecho, por Écija atravesaba un importante tramo de la antigua Vía Augusta, de la ruta entre Córdoba y Sevilla, que los autoridades musulmanes se preocuparon por mantener bajo su control por su valor geoestratégico. Además, de la ciudad partían caminos locales hacia las cercanas localidades de Osuna, Estepa y Marchena, y una última ruta que la unía con Morón pero que continuaba hasta enlazar la cora de Sidonia o Gibraltar con Málaga.

Fragmento del Corán, libro sagrado de los musulmanes
El principal funcionario de la cora era el gobernador. Disponemos gracias al burócrata e historiador  Ibn Hayyán, un completo listado de gobernadores de la cora de Écija en el que incluso aparece un tío materno de Al Nasir, sexto califa de Córdoba. El qadi ejercía las funciones de juez además de ser el encargado de la interpretación de la legislación religiosa y civil, y administrador de un amplio conjunto de propiedades comunales. Por ello en la extensa relación de qadis de Écija hay personas de gran talla intelectual y preparción pero también oportunistas que aspiraban al cargo por el benficio personal que suponía. Por ejemplo, un muchacho de dieciséis años llegó a ser nombrado cadi de la ciudad. Estos eran asistidos además por ulemas, asesores que aconsejaban al juez en sus decisiones de modo permanente. Se nombraba también a un director de oraciones. Sin embargo, en el caso de la cora de Écija se hablaba de encargado del que no se especificaba cargo o título por lo que se especla sobre si tenía o no el cargo de director de oraciones. Este funcionario también administraba fundaciones pías o legados a la mezquita para obras piadosas o interés comunitario.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
VALENCIA RODRÍGUEZ, Rafael: “Los territorios de la Cora de Écija en época árabe”. Actas del I Congreso de Historia de Écija. Écija : Ayuntamiento, 1988

viernes, 13 de noviembre de 2015

Historia con...Juan Méndez Varo

Juan Méndez Varo está enamorado de Écija, de la ciudad que lo vió nacer hace ya unas décadas. De hecho, es tal su cariño por la ciudad que cualquier persona que se haya interesado mínimamente por Écija habrá encontrado su nombre en numerosas publicaciones, artículos, proyectos, campañas,...que han tenido como objetivo dar a conocer el pasado de la ciudad. El último de sus trabajos es el "Repertorio Bibliográfico de Écija" presentado en el undécimo encuentro de investigadores locales. Además, Juan Méndez Varo es un defensor a ultranza del patrimonio de la ciudad, principalmente a  través de la asociación Amigos de Écija de la que es socio fundador.

1. Conocer la Historia, ¿para qué?
La necesidad de estudiar nuestra Historia radica especialemente en el hecho que nos permite conocer nuestro presente y para no caer en errores en el futuro. Para conocer nuestra realidad actual necesariamente debemos irnos al pasado y tratar de entender que nos han llevado a estar como lo estamos ahora, en todo orden de cosas, ya sea desde los ámbitos económico, político, social o cultural.

2. De pequeño la Historia siempre me pareció...
Apasionante y especialmente la de nuestra ciudad. Tuve la suerte desde pequeño de poder contactar con el archivo del distrito notarial de Écija: abrir las páginas de los protocolos de diferentes siglos, leer los hechos y personas que habían intervenido y que dejaron sus huellas por escrito. Me llamaba poderosamente la atención los testamentos donde se redactaba la última voluntad de las personas o aquellas escrituras donde se daba la libertad a esclavos que estaban sujetos a una determinada familia noble de la localidad.
Torre de Santa Cruz | Foto: Ciberecija.com



3. Le gustaría pasar a la Historia como...
Como un ciudadano que una parte de su vida la dedicó a la defensa de su patrimonio histórico-artístico. Aunque no trabajo por pasar a la historia si no como un derecho que tenemos todos los ecijanos.
4. Se sintió partícipe de la Historia cuando...
Cuando un grupo de amigos organizamos la Asociación de Amigos de Écija. Esa andadura se inició el 7 de abril de 1970 y aún continúa con la misma ilusión y apuesta por la recuperación y defensa del rico patrimonio artístico de Écija

5. ¿Un personaje histórico?
Joaquín F. Pachecho. Jurista ecijano, uno de los padres del Código Penal.

6. ¿Un hecho histórico?
Negativo: la pérdida de la línea férrea y que el AVE no tenga en Écija un apeadero. Y la más dolorosa: que nos quitaran el hospital y se lo llevaran a otra ciudad.
Positivo: la traída del agua potable de Écija, poniendo fin a un grave problema histórico, y la declaración de la ciudad como Conjunto Histórico-Artístico de primer orden.

7. ¿Una palabra (o frase) típicamente ecijana?
Esta "barrera" es propiedad de esta casa.
8. ¿La mejor obra del patrimonio ecijano?
Difícil designación, indudablemente el convento de los Descalzos y el sagrario del convento de Santo Domingo.
9. ¿Un rincón inolvidable de Écija?
 El rincón que forma la calle de Santa Catalina con la torre de Santa Cruz al fondo.

Convento de los Descalzos | Foto: josemariagallardo.com
10. Le gustaría que el siguiente logro en la Historia de la Humanidad fuera...
Acabar con la pobreza y poner más medios en investigación para luchar contra el cáncer.
11. ¿Un deseo para el futuro de la ciudad?
El compromiso de la ciudadanía con los temas que son de interés común y que en el más breve tiempo posible veamos abierto el Palacio de Peñaflor, el convento de las Teresas y que podamos estar enlazados vía férrea con otras ciudades.
EXTRA. ¿A qué ecijano o ecijana le gustaría que invitáramos a la entrevista Écija Historia?
Al cronista de la ciudad, José Enrique Caldero Bermudo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Plaza Mayor de Dauzats.


A principios del siglo XIX España estaba de moda. Los soldados franceses (también los ingleses) que habían luchado en la Guerrra de Independencia española habían vuelto a casa y narraban sus historias en las ciudades españolas. A partir de 1830 centenares de viajeros recorrieron la Península para conocer España de primera mano ungidos por el espíritu del Romanticismo. Uno de ellos fue Adrien Dauzats,  hijo de un tramoyista del Gran Teatro de Burdeos, que junto a otro pintor, Pharamond Blanchard, visitó la Península auxiliando al barón Taylor, a quien el monarca Luis Felipe de Orleans le había encargado formar una colección de pinturas españolas para el Museo del Louvre. Dauzats llegó a Paris en 1823 con diecinueve años y en el taller del pintor Julien-Michel Gué se formó como pintor paisajista, lo que le convirtió en uno de los grandes testimonios de la afluencia de artistas extranjeros durante el siglo XIX.

Pósito, Pescaderías y Covento de San Francisco
Un primer viaje se realizaría en 1833, recorriendo el trayecto desde Barcelona hasta Madrid, pasando por Lérida, Zaragoza o Guadalajara. En 1835, vuelven a España, desembarcando en Cádiz y llegando hasta Madrid. Es en esa ocasión cuando Dauzats visita Écija, al menos tres ocasiones teniendo tiempo de tomar apuntes de sus monumentos y su paisaje. Su estancia queda reflejada en sus cartas donde relata el asalto que sufrió en La Carlota, a sólo tres leguas de Écija, y en el dibujo a lápiz de la Plaza Mayor con la leyenda "Grand Place / Plaza Mayor a Ecija, Mai 1836" (Plaza Mayor en Écija, mayo 1836). Esta obra como otros muchos dibujos que realizó durante su estancia española tuvieron gran éxito y resultado de ello es la gran dispersión de las obras de Dauzats pues muchas fueron subastadas con gran éxito en el mercado del arte. Si nos fijamos, en el margen derecho aparece el sello "Vente Dauzats".

El dibujo de la Plaza Mayor de Écija de Dauzats fue adquirido hace unos años por el Museo de Bellas Artes de Sevilla como testimonio de la presencia de pintores románticos en nuestro país. Se trata de la representación más antigua de la Plaza Mayor, anterior a la elevación de su suelo que le otorgó el nombre de "El Salón". Sin duda, el dibujo de Dauzats es un testimonio singular del pasado de la ciudad. En el frente norte (a la izquierda del dibujo) aparecen dos edificios desaparecidos, los del antiguo Pósito y de las Pescaderías con soportales en la planta baja. A continuación el conjunto de edificios del Convento de San Francisco, con la capilla de la Vera-Cruz en primer término y el mirador con cubiertas derribado en el siglo XX y recuperado tras la última restauración de San Francisco. En el frente oriental, el que se conocía como del Cabildo Viejo, un conjunto heterogéneo de edificios con miradores de una, dos o tres plantas entre las calles Platerías y Valderrama. . El conjunto de edificios de la zona sur desaparecerían por la apertura de la Avenida Miguel de Cervantes a partir de 1881.

Torre mudéjar de Santa Bárbara
Junto al Convento de San Francisco, Dauzats resaltan otras obras arquitectónicas de la ciudad. En el centro del paisaje urbano aparece la torre de San Juan con un campanario barroco de proporciones algo ampliadas en el deseo romántico de embellecer la realidad. Sobre las manzanas de casas de la derecha, la torre mudéjar de Santa Bárbara destruida por un rayo en 1892. También se permitió algunas libertades e incluyó algunos detalles decorativos y pequeños grupos de personas que le dieran dinamismo y aliento vital a la plaza. En el centro de la plaza se observa la famosa fuente de las Ninfas desmontada por el Ayuntamiento en 1866.



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
CARRASCO, I. y MARTÍN PRADAS, A., La imagen de Écija: Análisis literario e iconográfico de la ciudad en Actas de las V Jornadas del Patrimonio Histórico de Écija. Écija: Asociación Amigos de Écija, 2007.
MUÑOZ, Mª del Valme y GARCÍA LEÓN, Gerardo, La Plaza Mayor de Écija en 1836: la visión romántica del pintor Adrién Dauzats en MUS-A. Revista de los Museos de Andalucía. Nº 6. Sevilla: Consejería de Cultura. Junta de Andalucía, 2006. 
Museo Nacional del Prado (www.museodelprado.es)
Museo Bellas Artes de Sevilla (www.museosdendalucia.es)
 

martes, 27 de octubre de 2015

El castillo de San Gil

Más allá de los excepcionales hallazgos de época romana que se han descubierto en el yacimiento del Picadero, la misma zona estuvo ocupada desde la Edad Media por la alcazaba de la ciudad, una fortaleza de origen almohade . No en vano, la toponimia del lugar da suficientes pistas que recuerdan aquel edificio: la calle Alcázar, el yacimiento Plaza de Armas, la calle Cadenas,...El recinto sufrió una continua pérdida de valor estratégico que le llevó al deterioro y, finalmente, desaparición, en especial durante las últimas décadas. En el siglo XVI el cabildo aún invertía sumas de dinero en el mantenimiento de los muros del alcázar. Un siglo más tarde las tareas se centraban en demoler las zonas con peligro de derrumbes y de las que se quejaba el vecindario. 

Recreación del alcázar de Écija | Foto: Turismo Écija
El recinto tenía cuatro puertas que daban acceso al interior. La puerta principal de la alcazaba sería el Arco de las Cadenas demolido durante el siglo XIX y cuyo nombre procedería de las cadenas que por fuera del acceso marcarían los límites de la jurisdicción de los alcaides. Se hallaba en la confluencias de las actuales calles Cadenas, Rojas y San Antonio. Avanzando hacia el este por la calle Rojas se abriría la Puerta del Sol, precisamente en el cruce con la calle Sol, tal vez por puntar hacia el este. Con una estructura acodada, de doble giro, la Puerta del Agua se hallaba en la subida de la calle San Marcos y su denominación procede de su uso para abastecimiento de agua a la guarnición. Al Oeste, se abriría la Puerta de la Plaza de Armas, de la Escalera o, por el uso que se le dió a la zona del alcázar, Puerta del callejón del Picadero.

En el interior de la muralla existiría otro recinto del que formarían parte las torres del Concejo, en la subida de la calle Alcázar desde la Merced, o la de la Mazmorra, según Collantes de Terán, en el área SE. A través de las campañas arqueológicas realizadas desde 2001 en el yacimiento Plaza de Armas se ha completado la información sobre la época medieval, de dominio mayoritarimente andalusí pues la ciudad fue tomada a principios del siglo VIII y sólo en 1236 fue conquistada por Fernando III. Por ejemplo se ha descubierto la existencia de unas murallas de época cristiana que cortan la Plaza de Armas en varias zonas que puede indicar los diferentes cambios producidos tras la conquista de la ciudad. Igualmente, se han descubiertos varios enterramientos musulmanes de época califal muy similares a los hallados en las intervenciones arqueológicas de la Plaza de España.

Por tanto, a pesar de que los últimos descubrimientos han revelado una importantísima ocupación de época romana - a la que hemos dedicado algún artículo en nuestro blog (Los Amores de Zeus, nuevo tesoro astigitano ) - el alto de San Gil continuó con una importante función defensiva durante la etapa musulmana, decayendo sólo a partir de la conquista cristiana, en un proceso continuado desde el siglo XVI hasta los últimos treinta años del siglo pasado. 

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
www.iaph.com
www.turismoecija.com
Carta Arqueológica Municipal de Écija.
P.E.P.R.I.C.C.H.A
Fernández, A., "La arqueología en Écija a la luz de los nuevos hallazgos y de la creación del Museo Histórico-Municipal" en Anales de la Arquelogía Cordobesa, número 15. Córdoba.

  

martes, 20 de octubre de 2015

Lucio Caninio Pomptino

Los trabajos arqueológicos realizados en la Plaza de España a finales del siglo pasado descubrieron la excepcional Amazona Herida, la natatio que ocupa parte de la plaza y la existencia del cementerio musulmán más grande de Europa, pero esos hallazgos estuvieron acompañados de otras piezas menores como la que hoy nos ocupa, una inscripción honorífica dedicada a Lucio Caninio Pomptino por su esposa Arria y que hoy se muestra en el Museo Histórico-Municipal.

La inscripción, realizada sobre parte de una columna de mármol oscuro, se fecha hacia el siglo I a.C. aproximadamente, coincidiendo con la deductio (fundación) de la colonia Augusta Firma. Su descubrimiento muy próximo a la superficie y por tanto en nivel estratigráfico que no le era propio lo que se explica porque fue reaprovechada como antigua solería de la plaza tras las obras realizadas en la misma durante el siglo XIX  para la construcción de varios aseos. A pesar de esto, se cree que su ubicación original sería en el foro colonial de la ciudad, probablemente en la zona de termas. Sus dimensiones y su material dan idea de la importancia que tuvo el foro astigitano y, por tanto, la de la propia ciudad.


Las inscripciones romanas representan una importante fuente de información para el historiador. Para demostrarlo hemos señalado en la imagen de la inscripción de más abajo con un número y un recuadro la información obtenida de la protagonista de nuestra entrada. En el caso de Lucio Caninio Pomptino (1) sabemos que pertenecía a la tribu Papiria (2), a la que pertenecían los fundadores de la colonia Augusta Firma. Lucio Caninio Pomptino era un veterano militar con el cargo de centurión en la II Legión Pansiana (3) que además ejerció como augur, magistratura religiosa (4), y duoviro (5), principal cargo municipal.


Los duoviris de la ciudad eran una pareja de ciudadanos elegida entre ciudadanos que tenían capacidad para hacer frente a la summa honoraria, cantidad de dinero que deberían regalar a la ciudad para espectáculos lúdicos e infraestructuras. Además, Lucio Caninio Pomptino era augur, un sacerdote con poderes de adivinación a través del vuelo, el canto o la alimentación de determinadas aves, con los que tenían enormes influencias en las decisiones más importantes.

La referencia a la II Legión Pansiana parece relacionarse con la figura de Gayo Vibio Pansa Cetroniano, perteneciente al círculo de amistades de Julio César y gobernador en Bitinia, Ponto y la Galia Cisalpina. No queda claro cuál era la Legión Pansiana pero todo indica que sería la II Legión Sabina que fue reclutada por Pansa previa a la batalla de Forum Gallorum, junto a la vía Emilia, en los enfrentamientos entre Marco Antonio y las fuerzas republicanas. Precisamente, Pansa fue herido de muerte y la Legión II Sabina en homenaje al fallecido puede que modificara su título por el de Pansiana.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
ORDOÑEZ AGULLA, Salvador, GARCÍA VARGAS, Enrique, SÁEZ FERNÁNDEZ, Pedro, GARCÍA-DILS, Sergio., "Cinco inscripciones romanas inéditas de Écija (Sevilla)" en HABIS, nº 32. Sevilla: Universidad de Sevilla, 2001.

martes, 13 de octubre de 2015

Ximénez de Lorite: a la vanguardia de la medicina ilustrada

El siglo XVIII conocido también como el Siglo de las Luces, o de la Ilustración en España, coincidió con la expansión por amplias capas sociales de un nuevo espíritu marcado por la secularización, el racionalismo crítico y la ciencia moderna. Por ejemplo, en medicina desde el siglo XVII, pero sobre todo en el XVIII, se sucedieron grandes avances científicos y descubrimientos que superaban las creencias tradicionales sustentadas por las ideas de Hipócrates y Galeno. Fue durante estos años cuando se descubrió la circulación de la sangre y el papel del corazón como motor del cuerpo humano, el oxígeno y como consecuencia el funcionamiento del aparato respiratorio y cuando el uso de los primeros microscopios (se habían inventado a finales del siglo XVI) permitió conocer bacterias o protozoos. Se utilizó el termómetro de forma generalizada, se practicaron análisis de orina para detectar enfermedades y nació la anatomía patológica. En el caso de España, uno de los impulsores de la revolución científica fue el ecijano Ximénez de Lorite.

Grabado sobre torniquetes de una obra de W. Harvey | Foto: Biblioteca Nacional de Medicina
Bonifacio Ximénez de Lorite había nacido en Écija a principios del siglo XVIII y estudió medicina en Sevilla. En la ciudad andaluza contrajo matrimonio y desarrolló su carrera como facultativo, alcanzando fama de ser uno de los mejores de su tiempo. De hecho, llegó a ser presidente de la Sociedad de Medicina de Sevilla que había nacido a finales del siglo anterior con el propósito de hacer frente a la medicina anclada en el pasado y a difundir los nuevos métodos de trabajo. Desde la Sociedad de Medicina, Ximénez de Lorite ayudó a impulsar los descubrimientos científicos. De hecho, la Sociedad sevillana era la primera que se fundó de este tipo en toda España y espejo de las que fueron naciendo durante el siglo XVIII, incluida la Real Academia de Medicina de Madrid creada en 1733.

Estetoscopio | Foto: Biblioteca Nal de Medicina
En el archivo de la sociedad sevillana se conservan algunas de las obras del médico ecijano, incluidas las disertaciones en las que Bonifacio Ximénez de Lorite hablaba sobre los avances médicos que se estaban llevando a cabo en aquellos años. Los temas tratados por Ximénez de Lorite abarcan diferentes aspectos médicos: la lepra, los partos, salud en cárceles,...En varias de sus obras, defendía la importancia de los baños y la higiene como forma de prevención de enfermedades. En otras, buscaba profundizar en nuevas teorías y técnicas como el "magnetismo animal" (teoría del alemán Mesmer que defendía la capacidad de toda persona de curar al prójimo a través de lo que hoy definiríamos como sugestión), la electricidad, el magnetismo,...

Ximénez de Lorite también tuvo tiempo para desarrollar una obra literaria como poeta satírico y fue miembro de la Academia de Bellas Artes de Sevilla. Compuso un importante número de poemas, entre los que destaca el Testamento en forma de verso que escribió para el Colegio de Santo Tomás. Muy anciano, murió el 1 de noviembre de 1791 después de toda una vida dedicada a la ciencia.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
AGUDELO HERRERO, Joaquín y JIMÉNEZ AGUILAR, María Dolores. "Apuntes para un censo de personajes astigitanos: escritores, religiosos y militares del siglo XVIII" en Écija en el siglo XVIII. Actas del II Congreso de Historia. ´Écija: Ayuntamiento de Écija, 1989.
www.planetseed.com
www.ramse.com - Real Academia de Medicina de Sevilla.

martes, 6 de octubre de 2015

Historia con...Juan Palomo

Hoy nuestro "Historia con..." lo dedicamos a una persona muy especial porque, aunque nacida en Jerez de la Frontera, desde que llegó a Écija con apenas ocho años, ha sido evidente su enamoramiento de la ciudad. Las aulas del Colegio del Carmen, del Instituto Laboral y del Instituto San Fulgencio le prepararon para dar el salto a Sevilla y estudiar la carerra de Ingeniero Técnico Industrial en la especialidad de Electrónica, Regulación y Automatismo. Desde hace años se dedica a la enseñanza en las escualas profesionales Sagrada Familia y ha llevado acabo diversos proyectos relaciconados con la energía solar y con los medios de comunicación como la famosa Radio Safa. A través de la emisora ha impulsado junto a Rafael Flores el trabajo con alumnos con necesidades educativas especiales de aulas de integración y la obtención del primer premio a la Mejora de la Calidad Educativa "Francisco Giner de los Ríos" otorgado por el Ministerio de Educación y Ciencias, a nivel nacional, y la Fundación BBVA.

1. Conocer la Historia, ¿para qué?
Conocer la Historia es bucear en nuestras raíces, de dónde venis y por lo que hemos pasado, para comparar lo aprendido con lo vivido, razonar e intentar adivinar cómo puede ser el futuro y quedar intrigado por lo que alcanzará a ver.

2. De pequeño, la Historia siempre le pareció...
Una asignatura que tenía que aprender de memoria y que sólo me inspiraba aquellos dibujitos de la Enciclopedia de primero, segundo y tercer grado. Hubiera sido mucho más divertido con los proyectores de hoy.

3. Le gustaría pasar a la Historia como...
Una persona simple que si se recuerda alguna vez sea por algo bueno y merecido. Si no, prefiero que me olviden.

4. Se sintió partícipe de la Historia cuando...
Más bien, interiormente protagonista inmerecido, disfrutando de un momento irrepetible, sintiendo la cercanía de las personas que te necesitan, que se conforman con que les cojas las manos por un instante - como los abuelos - y al sentir la cercanía perpleja de los pequeños. Fue un día inolvidable cuando me llamaron Gaspar un cinco de enero. Si hice feliz a tan sólo una persona, para ella, forma parte importante de su historia.

Sacraficio de Dirce
5. ¿Un personaje histórico?
Jesús de Nazaret. Tan sólo su nombre y sus enseñanzas inspiraron la escritura de varios libros y la historia de muchos pueblos. Y por entonces sólo existía la palabra y algunos privilegiados para recogerlas en un pergamino. Algo habría de interesante en este personaje para conseguir esa revolución con los medios de entonces. Recordemos que Johannes Guttenberg todavía unos siglos en nacer para que la comunicación diera un pasito minúsculo. 

6. ¿Un hecho histórico?
De los vividos in situ y con las connotaciones de la época, la llegada de la Democracia. Lástima que después muchos tergiversen su significado.

7. ¿Una palabra (o frase) típicamente ecijana?
Hay muchas pero quizás la que se me viene a la cabeza es una que tiene que ver con personejes polémicos que han cabalgado entre la realidad y la leyenda pero que indiscutiblemente han formado parte de la historia, precisamente: "Ni eran siete ni todos eran de Écija". Quizá por mi pasión por indagar en esta parte controvertida, por llamarme Juan Palomo y porque me siento de Écija y siento su cultura sin haber nacido aquí. Si trasladamo esta frase a otro contexto, hay mucha gente válida y que sienten esta tierra aún siendo foráneos. 

8. ¿La mejor obra del patrimonio ecijano?
Lo pones muy difícil porque hay muchas. Quizá por el sitio donde se encuentra y por haber sido testigo directo de los designios de esta ciudad en las últimas décadas, el mosaico del sacrificio de Dirce, que espero volvamos a ver de nuevo algún día en la sala de plenos de la casa consistorial. 

Plaza de España - El Salón
9. ¿Un rincón inolvidable de Écija?
Admirar el entorno sentado en un poyo de la antigua plaza del Salón. 

10. Le gustaría que el siguiente logro en la Historia de la Humanidad fuera...
La utopía de conseguir una dignidad mínima para cada persona. 

11. ¿Un deseo para el futuro de la ciudad?
Que la Historia sea un pretexto para conservar lo bueno que hemos heredado y mejorar lo malo que hemos realizado. 

EXTRA. ¿A qué ecijano o ecijana le gustaría que invitáramos a la entrevista Écija Historia? 
Si no se ha hecho todavía, quizá a una de las personas más involucrada en la Historia y Patrimonio de esta ciudad: Juan Méndez Varo.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Indiana Jones: En busca del Arca Perdida

Título original: Indiana Jones: Raiders of the Lost Ark
Año: 1981
Duración: 115 minutos 
Nacionalidad:  Estados Unidos
Director: Steven Spielberg
Reparto: Harrison Ford, Karen Allen, Paul Freeman, Ronald Lacey, John Rhys-Davies
Guión: Lawrence Kasdan, George Lucas, Philiph Kauffman
Música: John Williams 
Fotografía: Douglas Locombe








¿Indiana Jones en "Una de Historia"? Está bien. Reconozcamos que no es muy histórico inventarse una tribu en Sudamérica, los obitos, cuyo nombre es homenaje al mítico Obi-Wan Kenobi de la Guerra de las Galaxias (en otra escena aparecen unos jeroglíficos de C3P0 y R2D2), ni muy real viajar en la cubierta exterior de un submarino,pero obviando todo eso...y más, Indiana Jones: En Busca del Arca Perdida es un clásico moderno que supuso la reinvención del cine de aventuras de la mano de Spielberg, el salto al estrellato de Harrison Ford  después de las primeras películas de la Guerra de las Galaxias y, si faltaba algo, la oportunidad de disfrutar de una de las mejores bandas sonoras del cine compuesta por John Williams. ¿Y qué tiene de histórico todo esto? Nada, pero es que además de todo lo dicho, el film consiguió  despertar el interés por la arqueología a varias generaciones.

El doctor Henry Jones Junior (Indiana Jones)

En 1936, el doctor Henry Jones Junior (Indiana Jones) es un arqueólogo atípico que alterna su trabajo en la Universidad con intrépidas aventuras en busca de hallazgos de antiguas reliquias que luego ofrece a los museos. De vuelta de una de sus expediciones, el gobierno norteamericano le pide que colabore en la búsqueda del Arca de la Alianza, en la que también están interesados los nazis. Los servicios secretos de Estados Unidos temen el uso que los alemanes puedan hacer hacer del tal reliquia. Para lograr encontrar el Arca Perdida, Indiana Jones emprenderá un viaje que le llevará por Egipto, Tibet,...en un singular enfrentamiento con el arqueólogo francés Beloc.

El gran despliegue alemán en un protectorado británico
Es sabido el interés de los nazis por las ciencias ocultas y la obsesión de Hitler, igual que la de otros cabecillas nazis como Himmler o Hess, por el esoterismo y el acaparamiento de reliquias a las que se les atribuían poderes extraordinarios. La cúpula alemana del III Reich estaba muy influenciada por las leyendas y mitos de organizaciones que hundían sus orígenes en la vieja Alemania y que tenían a los arios como descendientes de una raza superior. Algunos de los miembros de estas hermandades vieron a Adolf Hitler como el profeta esperado. La mitología que poseían era bastante original y en sus leyendas entraban desde objetos sagrados del cristianismo hasta la Atlántida, la civilización perdida que buscaron en el Tibet, la Antártida o en los Alpes. Esta búsqueda también incluyó la de los objetos sagrados del cristianismo pues el Führer pensaba que de ser ciertos los relatos bíblicos nada ni nadie podría frenar sus ansias de expansión. La lanza (o lanzas) de Longinos, las Calaveras de Cristal, el Santo Grial,...y, por supuesto, el Arca de la Alianza.

Arca de la Alianza
Según el libro del Éxodo del Antiguo Testamento, el Arca fue mandada construir por Moisés para guardar las tablas con los Diez Mandamientos dada por Dios al Profeta. El texto recoge con precisión las instrucciones de cómo debía ser: un cofre de acacia negra de forma rectangular revestido con láminas de oro puro y dos aros a ambos lados. Sobre la cubierta debían labrarse dos ángeles querubines arrodillados mirando hacia la tierra. El Arca quedó cobijada en el Templo de Salomón pero al volver del cautiverio en Babilonia, los judíos descubrieron que el misterioso cofre había desaparecido. En ninguna fuente se habla de que el Arca de Dios acabara en Babilonia y durante bastante tiempo la hipótesis más defendida era que hubiera sido tomada por el farón Sesonq I, que invadió Judá, tomó varias ciudad y controló Jerusalén.

Indiana Jones excavando en Tanis
En la película "En Busca del Arca Perdida" se sigue esta teoría puesto que el Arca Sagrada es descubierta en la ciudad de Tanis, en Egipto. Tanis fue una ciudad próspera en Egipto durante la época de los reyes pastores y, posteriormente, tras un periodo de olvido, durante la XIX Dinastía. De hecho, durante el reinado de las Dinastías XXI y XXIII fue la capital de Egipto, centro de un importante comercio de lino. En un principio se pensó en Tanis como Pi-Ramsés la capital construida por Ramsés II en el delta del Nilo, en parte por la gran cantidad de monumentos con el nombre de Ramsés II en sus jeroglíficos, aunque hoy parece descartada porque la mayoría de monumentos fueron trasladados con posterioridad. En el interior de la ciudad de Tanis se encuentran varios templos, uno de ellos el gran Templo de Amón, varios obeliscos y las tumbas de los faraones de las dinastías XXI y XXII.

En definitiva, la saga de Indiana Jones  son entretenidísimos (al menos, los tres primeros) films de aventuras pero ni la primera ni ninguna de las películas de Indiana Jones pueden tomarse como referencia histórica. De hecho, sólo en "En Busca del Arca Perdida" podemos comentaros varios gazapos históricos. Por ejemplo, en una de las secuencias en las que aparece un mapa, en el mismo están los estados de Irak, Irán y Tailandia. En el caso de los dos primeros, formaban parte por aquel entonces de Persia y en cuanto a Tailandia, aún se llamaba Siam. En varias ocasiones los actores utilizan armamento que aún no se había inventado o  en un modelo distinto al alemán, como un lanzacohetes soviético. Y, por último, un gazapo más que evidente: hasta 1953 el estado de Egipto, donde transcurre la mayor parte de la película, se encontraba ocupado por los británicos por lo que parece fuera de toda lógica que los alemanes pudieran desplegar tal número de fuerzas militares en territorio británico.

Aunque está ambientada en 1936 aparecen Irak e Irán que formaban Persia

martes, 22 de septiembre de 2015

La polémica herencia de Cabeza de Vaca

Lejos de la imagen habitual que se tiene de las grandes propiedades formadas durante la Edad Media o en época moderna, los latifundios no eran ni grandes extensiones, ni sus límites eran tan rígidos y fijos como en un principio podíamos pensar. En muchos casos estas fincas se formaban sumando parcelas separadas unas de otras que las grandes fortunas íban acaparando en un largo proceso. En cuanto a los límites eran flexibles y continuamente se formaron o dividieron los latifundios por distintos motivos.

Pintura sobre la organización de un latifundio

Una de las causas principales de esta división fue la fragmentación a través de herencias. Al dividirse las fincas entre los herederos, no era extraño que las parcelas resultantes fueran de unas dimensiones tan pequeñas que no se tuvieran como rentables y la salida más habitual era la venta a algún propietario interesado. De hecho, así fue en gran parte como el mayor latifundista de la zona de Écija, Lope Álvarez de Hinestrosa, fue acaparando terreno a través de la compra de lotes de tierras heredadas (Para saber más).

Sin embargo, no siempre los nuevos propietarios se ponían de acuerdo fácilmente y surgían tensiones entre los herederos del fenecido. Un ejemplo de lo que comentamos fue el caso de los herederos del jurado Alfonso Fernández Cabeza de Vaca quien, antes de fallecer en 1430, había reunido varias fincas en la parte noroccidental del término de Écija, entre el límite con Carmona y el desierto de la Monclova. En total, sus propiedades sumanban 455 hectáreas separadas en cuatro fincas: Fuente de las Estacas, Fuente de la Picada, El Alamillo y la finca del Río Guadalbardilla.

Fernández Cabeza de Vaca se casó en segundas nupcias con Beatriz Barba con la tuvo una hija. A favor de ellas, el jurado hizo unas modificaciones a su testamento en el que, entre otras mandas testamentarias, ordenaba que se le pagaran cincuenta doblas de oro fino moriscas y cincuenta mil maravedíes. Visto que los hijos del primer matrimonio no cumplían con estas estipulaciones, la viuda acudió al Adelantado de Andalucía, oficial al servicio de la Corona de Castilla con competencias judiciales, quien consiguió el acuerdo de todos los interesados para que se subastaran las propiedades. Como en muchas otras ocasiones, las tierras fueron a parar a manos del comendador Hinestrosa que seguía ampliando sus propiedades.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
CABRERA, E., Sobre la gran propiedad en Écija en el siglo XV. La hacienda del comendador Lope Álvarez de Hinestrosa en Écija en la Edad Media y Renacimiento. Sevilla: Ayto.de Écija, 1993.
MITRE, E., La España Medieval. Madrid: Istmo, 1999.

martes, 15 de septiembre de 2015

La Resurrección del Greco

Cristo Resucitado | Foto: Ciberécija.com
La Hermandad del Resucitado de Écija remonta sus orígenes a finales del siglo XVI en la misma Parroquia de Santa Cruz que hoy es su sede canónica. Sus primeras reglas fueron aprobadas en 1601 sucediéndose varios siglos de historia de la cofradia hasta que, como muchas otras, desapareció durante la crisis del mundo de las hermandades alrededor de 1850, cuando dejó de procesionar. Habría que esperar al siglo XX para que se refundara la Hermandad. Entre finales de los setenta y comienzo de los año ochentas, repareció la hermandad que volvió a procesionar, primero con la imagen de Jesús Resucitado y, a partir de 1988, también con María Santísima de la Alegría. 

Resurreción del Greco en el Prado
Una de las primeras medidas que tuvo que tomar la Junta de Gobierno de la Hermandad fue la restauración de la imagen de Cristo Resucitado, lo que fue encargado al profesor de Bellas Artes, Ricardo Comas. La vinculación de Comas con la ciudad era muy estrecha. Durante su trayectoria profesional había tallado la imagen de María Santísima de las Misericordias de la Hermandad de San Juan, pintado la Capilla Sacramental de la Iglesia de Santa María o esculpido la imagen de Santa Ángela de la Cruz. En 1981 se llevaron a cabo los trabajos de restauración de la Imagen que Ricardo Comas acompañó con una serie de conclusiones. El Cristo Resucitado es una obra anónima del siglo XVI a partir de la restauración se especuló con la posible autoría de Domeniko Theotokopoulos, el Greco.

No somos nosotros los más indicados para decir lo que hay de cierto en esta atribución, ni mucho menos, ni tampoco es el objetivo de esta entrada. Realmente, sólo queremos poner de manifiesto, aunque parece que la relación Resucitado - Greco es una vinculación descartada, cuáles son las semejanzas entre la imagen ecijana y la única escultura de la que se ha demostrado con total certeza la autoría del artista cretense.

Entre 1595 y 1598, el Greco realizó un tabernáculo y una custodia para el altar provisional del Hospital Tavera en Toledo que debía estar coronado por un Cristo Resucitado de unos cuarenta y cinco centímetros de altura. La talla de madera policromada es muy parecida a la pintura de la Resurrección que alberga el Museo del Prado. Tanto la imagen toledana como el Resucitado de Écija, muestran una figura alargada, al modo manierista, con un rostro sereno. Adelanta uno de sus pies, de forma más exagerada en el Resucitado de Tavera, ayudando al espectador a percibir la profundidad, y eleva uno de sus brazos. Las encarnaciones son muy claras, con tonos casi blancos, a excepción del color negro de sus cabellos. El Resurrecto del Greco aparece completamente desnudo, algo no muy acorde con los ideales de la Contrarreforma, mientras que la figura ecijana se cubre con un paño de pureza. 




martes, 8 de septiembre de 2015

Cuando Franco estuvo en La Victoria

Esperamos que nuestro querido lector (o lectora) no se sienta defraudado cuando confesemos que, a pesar del título de entrada, Franco nunca estuvo en la Victoria, al menos que nosotros sepamos. De todos modos, si así fuera, tampoco ese es el objeto de nuestro artículo. Hace tiempo publicábamos una entrada en la que comentábamos como el callejero de la ciudad era un método más de propaganda política. De ahí viene el título, porque lo que sí estuvo en la Victoria fue la Avenida Generalísimo Franco, nombre del callejero que, como muchos otros en Écija, fueron modificados a partir de 1936.

Calle José Antonio Primo de Rivera (actual C/ Del Conde)
Urbanísticamente, el dictador estaba además bien escoltado. La actual Avenida Doctor Sánchez-Malo fue rotulada como General Mola y la calle Mendoza como General Queipo de Llano. Éste último había sido figura indiscutible en el control de la ciudad de Sevilla durante el Alzamiento Nacional. Por su parte, Emilio Mola, conocido como "el Director" entre los conspiradores, fue uno de los principales instigadores del levantamiento, aunque su muerte en accidente aéreo en 1937 dejó el camino expedito para Francisco Franco. La calle La Marquesa se dedicó al General Sanjurjo, quien había anticipado el levantamiento contra el régimen republicano al protagonizar "la Sanjurjada", un golpe de estado fallido en 1932 que le obligó a exiliarse a Portugal. Iniciada la rebelión, murió en otro accidente de avioneta cuando volvía de Portugal.

También tuvieron su reconocimiento en los nombres de las calles, ecijanos que se sumaron a los nacionales desde un primer momento. En homenaje a los rebeldes muertos en el frente de Palma del Río, la calle Juan Páez pasó a conocerse oficialmente como Héroes de Palma del Río. La calle Oñate se dedicó al Teniente Ángel Antonio Alarcón Martín y la Plaza de Puerta Cerrada a Fernando González de Aguilar. El Teniente Alarcón participó en la toma de Palma del Río y luchó en el frente de Peñarroya como miliciano nacional, muriendo en el frente de Teruel. González de Aguilar era Teniente de Caballería en Écija en el momento del Alzamiento Nacional. La mayoría de estos cambios en el callejero se produjeron en los primeros años de la dictadura, aunque la actual Plaza de la Constitución, frente al Palacio de Benamejí, cambio su denominación por la de Tello González de Aguilar y Soto, Conde del Águila, en 1958 en reconocimiento a su apoyo al golpe de estado nacional. José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, partido de ideario fascista que, posteriormente, Franco utilizaría para controlar a la población, tuvo su vía en la calle del Conde. El político José Calvo Sotelo, cuyo asesinato en las vísperas del 18 de julio precipitó el golpe de estado, fue recordado en la calle Carreras.

Avenida de Alemania (actual C/ La Calzada)
Los países aliados de la España franquista tendrían sus huecos en el nomenclator. La Avenida de Andalucía actual, antes de la Guerra Civil, Cerro de la Pólvora o Carretera General, se denominó como Avenida de Italia, país donde gobernaba Mussolini. Aunque la plaza de Colón mantuvo su nombre, desde allí hasta Puerta Palma, se renombró como Avenida de Alemania. No hace falta explicar que uno de los grandes apoyos de Franco para vencer en el enfrentamiento civil fue la régimen hitleriano. La actual Avenida de los Emigrantes se denominó como Avenida de Portugal. Recordemos que desde 1933 se tenía como consolidado el régimen dictatorial de Oliveira de Salazar en el país vecino.

En otros casos, la variación del callejero al final de la Guerra Civil no trajo una toponimia franquista sino que se limitó a recuperar el nombre perdido durante la II República. La calle del Carmen y la Avenida de María Auxiliadora se habían convertido en un homenaje de la Écija republicana al levantamiento de Jaca. La Avenida María Auxiliadora pasó a Avenida de Jaca y la calle del Carmen a Avenida de Galán y Hérnandez, protagonistas del intento de sublevación en Aragón y que terminaron fusilados. Se les devolvía su nombre original. Los ejemplos se repiten en las calles San Antonio, San Juan Bosco o la propia Avenida de la Victoria que en tiempos republicanos fueron rotuladas con los nombres de la sexóloga Carmen Rodríguez "Hidelgart", José Nakens (activista republicano) o Pablo Iglesias (fundador del PSOE). Igual ocurre en calle Santa Cruz que antes de recuperar su nombre fue renombrada como calle Doctor Jaime Vera, médico e intelectual socialista.

Calle General Queipo de Llano (actual C/ Mendoza)
La calle de Santa Ángela de la Cruz se conocía antes de la instauración de la República simplemente como calle Capuchinos pero con la Segunda República pasó a calle Joaquín Costa, el gran representante del "regeneracionismo" en España, hasta recibir la denominación de Sor Ángela de la Cruz con el fin de la contienda. Por último, dos plazas emblemáticas de la ciudad. La Plaza de Santa María recuperó su nombre en 1936 tras conocerse como Plaza de la Libertad en  los años de la República. La de la Plaza Virgen del Valle recuperó su nombre tras triunfar el golpe en la ciudad y después de un periodo republicano en el que se le nominó como Plaza de Carlos Marx.






BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
MARTÍN OJEDA, M. Los nombres de las calles de Écija. Écija: Asoc.Cultural Martín de Roa, 2007