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sábado, 29 de diciembre de 2012

Virgen del Valle, protectora contra la fiebre amarilla.

Virgen del Valle
Las primeras décadas del siglo XIX estuvieron marcadas por las continuas epidemias de fiebre amarilla que se extendieron por gran parte de la Península Ibérica en especial, en aquellas regiones donde existía una población receptiva y unas condiciones de temperatura y humedad aptas para la subsistencia del mosquito portador del virus, el Aëdes Aegypti que afectó al área litoral (Cádiz, Málaga, Valencia, Baleares,...) y a las provincias de Córdoba o Sevilla

Desde 1800 y hasta la última de las epidemias en 1819, la fiebre amarilla se repitió en Andalucía casi todos los años afectando también a la localidad Écija. En la mentalidad de la época la llegada de estas enfermedades se consideraban un castigo divino. No es extraño por tanto que junto con las medidas científicas se plantearan celebraciones litúrgicas y procesiones extraordinarias para mitigar los efectos de la enfermedad.

El dos de octubre de 1800 la Virgen del Valle presidió una solemne procesión desde su monasterio de extramuros hasta la Iglesia Parroquial de San Gil acompañada en la comitiva por las imágenes de San Pablo y de San Sebastián. Paradójicamente, estas rogativas eran altamente perjudiciales para el control de las epidemias por la alta concentración de personas en un mismo lugar.

En 1804, por ejemplo, ante otro episodio epidémico la Junta de Sanidad organizó todas las rogativas a la misma hora para evitar la masificación de las iglesias, suspendió algunas celebraciones y procesiones, además de recomendar al clero reducir al mínimo el tiempo de reparto de alimentos o dejar abiertas las ventanas de las iglesias para facilitar la renovación del ambiente. No obstante, cuando en 1805 se superó otro episodio de fiebre amarilla, volvió a celebrarse con una nueva procesión de la Virgen del Valle en esta ocasión hasta la iglesia de Santa María donde permaneció cuarenta y cinco días.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
MARTÍN OJEDA, Marina, "Epidemias de fiebre amarilla en Écija. Años 1800 y 1804" en Écija en la Edad Contemporánea. Actas del V Congreso de Historia. Écija, Ayto. de Écija, 2000. 


lunes, 24 de diciembre de 2012

El convulso fin de siglo del teatro de Écija

Las últimas décadas del siglo XVIII representaron la transición entre las edades Moderna y Contemporánea, es decir, la caída del Antiguo Régimen y la creación de un nuevo sistema que ponía fin al absolutismo. La independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa o, ya en nuestro país, la Guerra de Independencia contra las tropas napoleónicas extendieron el sentimiento liberal y acabaron con el sistema anterior. Todos los aspectos del Estado y la Sociedad fueron cambiando, incluido el teatro.

Corral de Comedias - Almagro (Ciudad Real).
Del corral de comedias se pasó al teatro contemporáneo, pero el cambio no estuvo acompañado por la bonanza económica. Se sucedieron las malas cosechas y los ayuntamientos se encontraron con serias dificultades presupuestarias. Por ello, a pesar de que en 1772 comenzó la renovación del corral de comedias de Écija, que no concluiría hasta seis años más tarde, la historia del edificio del teatro estuvo llena de problemas.

Ante los periodos de hambrunas y el vacío en la caja municipal, en el cabildo se sucedieron proyectos para dotar de otros usos al recinto: almacén de suministros, construcción de viviendas,...Se aprobó una orden para derribar el edificio y convertirlo en cuartel pero en 1784 aún seguía en pie y se planteó su uso como Casa de la Misericordia para acoger a las prostitutas de la ciudad. Dos años más tarde, en 1786, se decidió rehabilitar el edificio para utilizarlo como hospital. Sin embargo, el siglo XIX llegaría sin que el recinto teatral tuviera una dedicación concreta y sin que la ciudad, por otro lado, dispusiera de un espacio donde realizar las representaciones teatrales.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
BOLAÑOS DONOSO, PIEDAD, "El teatro astigitano en los albores de la época contemporánea: del monopolio municipal al libre comercio (1775-1833)", en Écija en la Edad Contempránea. Actas del V Congreso de Historia, Écija, Ayto.de Écija, 2000.

viernes, 30 de noviembre de 2012

La leyenda del moro de Santiago.

En estos tiempos en los que la clase política está siempre en boca de todos y nunca, o casi nunca, para bien, parece oportuno aprovechar nuestro blog para recordar una antigua leyenda que ocurrió hace mucho en nuestra ciudad.Cuenta esta historia que era costumbre en la Écija musulmana elegir al caid, es decir, al alcalde de la ciudad a través de una votación en la que se sumaban bolas de diferentes colores. En aquella época como en la de ahora los deseos de alcanzar el poder hacía caer a los cargos políticos en la corrupción.

En cada punto donde se podía votar, la elección era vigilada por una persona, sin embargo, el encargado de la votación del barrio que hoy correspondería con el de Santiago era partidario del candidato representando por la bola blanca, por lo que, sin que nadie le viese, se iba tragando todas las bolas verdes que iban llegando.

Fuente: www.infoecija.com
No obstante, fue descubierto y denunciado a las autoridades. Tras someterse a juicio, se le declaró culpable de un delito por el que fue castigado de una forma terrible: el condenado debía ser enterrado desde el cuello a los pies hasta morir, y según la leyenda,  el moro no podrá escapar hasta que se celebren unas elecciones totalmente justas.

Sin alguién tiene dudas, cada mañana desde el siglo VIII la cabeza del moro despierta entre los ladrillos de la torre de Santiago.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Descubriendo Écija (V).

Otra oportunidad para demostrar cuanto conocéis nuestra ciudad.

 Sinceramente pienso que en esta ocasión es bastante fácil así que no me enredo en pistas simplemente os recuerdo las reglas del juego. Os ofrecemos una imagen incompleta de un lugar de Écija, cada día iremos ampliando la parte visible de la fotografía hasta que aparezcan ganadores. Sin más, ahí os dejo la fotografía.

Actualizamos la entrada para que aparezca la imagen completa y dándole la enhorabuena a los acertantes tanto en el blog como en facebook (los primeros de ellos José María Naranjo Pérez en facebook y un seguidor anónimo en el blog)



viernes, 23 de noviembre de 2012

La Casa-cuna de Écija (y III): situación social del expósito.



Al hablar de los niños expósitos no siempre se debe pensar en la ilegitimidad como motivo de abandono. También se daba debido a situaciones de extrema pobreza, tan habituales en una sociedad precaria como la del Antiguo Régimen. Estos abandonos solían realizarse en multitud de lugares distintos: las iglesias, las casas de personas pudientes, los muladares o basureros… Aunque no tenemos cifras para Écija en el caso de Osuna, pueblo cercano, se sabe que el porcentaje de ilegítimos respecto al total de bautizados en el siglo XVII era del 9’34%. 

El primer escollo a superar por el infante era la fase de lactancia. Se calcula que en la Casa de Expósitos de Sevilla la mortalidad era de aproximadamente el 70% para el siglo XVII, aunque aumentaba al 80% en los seis primeros meses de vida. Según las constituciones que rigen la Casa Cuna de Écija, redactadas en 1609, el niño que superaba el destete volvía a la Casa Cuna. Allí se le proporcionaba una educación fuertemente diferenciada por sexos. A los niños se les enseñaba a escribir y leer; mientras que a las mujeres se les enseñaban las labores del hogar. 

A la edad de seis años podían ser acogidos por familias que quisieran hacerse cargos de ellos. Las mujeres entraban a servir en las casas; los varones aparte de esto podían entrar a aprender algún oficio. Sin embargo, debido a su condición de expósito, nunca podrían tener un cargo importante, ni siquiera como artesanos. En 1794, por un Real Decreto de Carlos IV se declararon legítimos a todos los niños expósitos de sus reinos, intentando así al menos paliar los efectos de este apelativo Un ejemplo claro de la distinción a las que eran sometidos es que en las mismas constituciones se indica que tipo de ropa debían vestir.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA


ÁLVAREZ SANTALÓ, L.C., Marginación social y mentalidad en la Andalucía Occidental: Expósitos en Sevilla, (1613-1910), Consejería de Cultura, Sevilla, 1980.

LÓPEZ VIERA, D., “Ilegitimidad y exposición en la tierra de Huelva entre los siglos XVII y XIX: el caso de Trigueros” en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 2001.

MARTÍN OJEDA, M., “La casa de niños expósitos de Écija (1602-1617)” en Luis Vélez de Guevara y su época: IV Congreso de Historia de Écija, fundación el Monte, Sevilla, 1996.

PISÓN CASARES, A., “Natalidad en Osuna: 1534/1660. Datos complementarios.” en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 2001.
RUIZ CANALES, I., “La asistencia a los niños expósitos de Córdoba durante la Edad Moderna” en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Córdoba, 2001.

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Desde Écija Historia queremos agradecer enormemente el entusiasmo que ha mostrado Nacho desde el primer momento en el que surgió la posibilidad de publicar en nuestro blog. No dudes que deseamos que tu formalidad, tu tesón y tu buen hacer te lleven muy lejos tanto personal como profesionalmente. Un abrazo.
 

jueves, 15 de noviembre de 2012

La Casa-cuna de Écija (II): funcionamiento.

Ignacio González Espinosa (Écija, 1990). Estudiante de la licenciatura de Historia en la Universidad de Sevilla. Se licenció en bachillerato en el IES San Fulgencio, año 2008. Actualmente es alumno interno del departamento de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla. Sus primeras investigaciones se han centrado en las minorías sociales y la demografía histórica.

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La Madre - Hooch (1659)
La Casa Cuna debía ocuparse en primer lugar del alimento de los recién nacidos. Las amas de cría se encargaban de darles el pecho. En el caso de Écija se sabe que existía un ama interna, vigilada por un ama mayor, una mujer de edad avanzada. 

El ama interna se ocupaba de los niños recién llegados, los cuáles eran entregados en el menor espacio de tiempo posible a amas externas, que los alimentaban en sus casas a cambio, claro está, de un salario mensual. El pago a estas amas se llevaba la mayor parte del presupuesto de la Casa Cuna, creando grandes problemas al retrasarse e incluso no hacerse los pagos.
 
El administrador  se encargaba de todo el funcionamiento y economía de la Casa Cuna. Llevaba las cuentas y era el encargado de las celebraciones litúrgicas. También recaía en él el pago de las mensualidades, la asignación de los expósitos a las amas de cría y la contratación del ama mayor. Para ayudarle contaba con la figura del mayordomo, esquema muy parecido (por no decir idéntico) al existente en otros centros similares, como por ejemplo en el caso de Córdoba, muy cercana a nuestra ciudad.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La Casa Cuna de Écija (I): Orígenes.

Ignacio González Espinosa (Écija, 1990). Estudiante de la licenciatura de Historia en la Universidad de Sevilla. Se licenció en bachillerato en el IES San Fulgencio, año 2008. Actualmente es alumno interno del departamento de Historia Moderna de la Universidad de Sevilla. Sus primeras investigaciones se han centrado en las minorías sociales y la demografía histórica.

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Estas reliquias son fruto de amante;
el júbilo de ayer es hoy pavesa.

Miguel Fernández, 1978
“Entre Tierras”.


Con estos versos se describe uno de los fenómenos que más se repitió durante todo el Antiguo Régimen: el abandono de los recién nacidos. Écija, como una de las ciudades más importantes de la zona andaluza, no escapó de esta práctica. Sabemos que la Casa Cuna de Écija, dependiente de la de Sevilla aportó un volumen total de 3.033 niños entre los años 1849-1910. 

En Écija, en un primer momento, el cuidado de los niños expósitos quedó a cargo del Hospital de Santa María de la Estrella. Para principios del siglo XVI también encontramos otras cofradías como la de San Miguel Arcángel encargadas de dicho cuidado. Sin embargo, debido a un Decreto Real de Felipe II  los hospitales deben reducirse por lo que para el año 1584 nos encontramos con la Casa Cuna de los niños expósitos, dirigida por un personaje llamado Lucena.

El mantenimiento era muy costoso por lo que constantemente se estarán pidiendo limosnas y se instará al cabildo de la ciudad a que dé sumas a esta obra pía. Es en 1599 cuando se pueda dotar a la Casa Cuna de una hacienda propia, gracias al testamento de doña Beatriz de Eslava Portocarrero quien legará la suma de 10.000 ducados a causas benéficas. El ayuntamiento, a cambio, cederá el antiguo Hospital de la Caridad, situado en la calle Caballeros, muy cerca de la parroquia de Santa María.